La adoración es algo más allá, no es simplemente lo que tocan los músico o el ministerio de adoración, aunque eso influye mucho, un buen sonido, una buena práctica, una buena entrega, pero más se necesita de tu parte, más se necesita de tu disposición para adorar al Rey de Reyes, se necesita de un corazón dispuesto a adorar a Dios, un corazón agradecido, un corazón sediento, un corazón que reconozca que Dios es el único merecedor de nuestra adoración.
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